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DESBROZADORA Y JERARQUÃA

“Sed por eso considerados como bondadosos, compasivos y amables no solamente con vuestros semejantes, sino también con todas las criaturas a vuestro cuidado, pues para ellos sois como dioses hacia los que alzan la vista en sus necesidades…â€

Texto del movimiento “Vida Universalâ€

He tomado conciencia al final del “camino verdeâ€, tras una mañana atronadora, en medio de un ruido agotador. El bueno de Julien me cargó con el uniforme del depredador, me enganchó a la cintura la terrible máquina desbrozadora. Dos depósitos de mezcla agotados, un cuerpo que sigue ahora vibrando y una conciencia cargada de interrogantes. No sé cuánta vida he segado, cuántos millones y millones de hierbas he tronchado.

Por el "camino verde" la idea de Jerarquía y su sinónimo de servicio me han interpelado. En medio de la lluvia de diminutas briznas voy cayendo en cuenta... Nuestra responsabilidad se acrecienta con esos motores. No en vano los denominamos "de explosión...". La asunción del concepto de Jerarquía es indispensable para ejercer un adecuado uso de nuestro creciente poder. Somos Jerarquía para con el reino mineral, vegetal y mineral, al igual que los Grandes Seres de la rama humana y angélica son Jerarquía para nosotros, los humanos. Jerarquía representa un enorme poder y autoridad que prima saber ejercer. La muerte en los reinos que nos preceden sólo se justifica por una causa mayor.

El problema se presenta cuando nuestras "víctimas" dejan de ser las hierbas de nuestros inmensos prados y cobran otro tamaño y dimensión. Podamos cobrar conciencia de las responsabilidades de nuestro “rango†en medio de la inconmensurable escala evolutiva.

He repasado mi vida mientras que el terrible filo hacía su escabechina. Recuerdo cuando a los diecisiete años acompañaba a un hombre que segaba campos y campos de la profunda Gipuzkoa con la guadaña. El viejo caserío atesoraba un euskera que apremiaba aprender. Parece que fuera otra vida... Yo recogía la hierba con el gran rastrillo de madera. Todo era paz e idilio, un inmenso silencio verde apenas perturbado por el suave filo de acero que tronchaba los débiles tallos verdes.

Ahora todo es estruendo. Las guadañas yacen cargadas de telarañas en los rincones de los establos y nosotros entre ruidos atronadores no sabemos bien a dónde nos dirigimos. Pertrechados de máquinas tan poderosas al tiempo que peligrosas, nos corresponde enfilar hacia un elevado y norte.

Velouriz 3 de junio de 2025
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